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Viñedos: En este vino la uva procede de una zona en el norte de la denominación, en el valle de Villacalbiel. Nos encontramos a una altitud entre los 790m de la viña más baja, a los 840m de la más alta. Los suelos son franco-arenosos con algo de contenido en arcillas y un PH especialmente bajo, lo que implica que la viña es una superviviente. En esta zona se encuentran viñedos muy viejos. Posiblemente ronden los 100 años o incluso alguno más, todos ellos entre tomillos, jaras, retamas y más monte bajo originario de la zona.

Vinificación: Cuando la uva llega a la bodega se despalilla y se estruja, para ser enviada al depósito de fermentación, donde se fermenta a 26 oC, para después separarle de sus hollejos una vez finalizada ésta. A continuación, se pasa a barrica donde permanece el tiempo necesario para obtener el resultado esperado, que en este año han sido 11 meses y 4 días concretamente.

Cata

Visual: Tiene un color vivo y atractivo, rojo rubí y tonos que nos recuerdan a la cereza picota. Los aromas nos trasladan a los paseos de primavera por la viña y sobre todo, por los parajes colindantes, llenos de tomillos, romeros, jaras, etc. e incluso con algunos pinos cercanos.

Nariz: Nos recuerda a todos esos aromas principalmente, aunque también aparecen aromas especiados, tipo pimienta negra mezclado con laurel y jengibre. Es como un conjunto de aromas especiados y monte bajo que nos cautiva por las sensaciones que nos transmiten, alejándose de lo habitual y transportándonos al lugar de procedencia (el origen de la tierra).

Boca: Es redondo, untuoso y sobre todo muy largo. Nos permite disfrutar plenamente del vino porque podemos dar un largo trago y contagiarnos de todas las sensaciones que tenemos en nariz acompañadas de unas sensaciones táctiles que cautivan nuestro paladar.