Madrid en mayo se convierte en un escenario de verbena eterna: claveles en el pelo, mantones al viento y el chotis girando sobre adoquines calientes. Se canta, se baila, se ríe y, por supuesto, se brinda. Porque San Isidro no solo es patrón, es actitud. Y nosotros, desde AV Vinos, tenemos una pregunta que nos lleva rondando desde hace tiempo, con más arte que ciencia:
¿Qué vino se pediría San Isidro si se sentara hoy en una terraza de Madrid?
Nada de agua milagrosa. Si San Isidro viviera en 2025, pediría vino. Pero no cualquier vino: pediría uno con historia, con raza, con esa mezcla de sencillez y carácter que solo se encuentra en los buenos vinos madrileños. Y como aquí nos gusta pensar con copa en mano, te presentamos dos vinos con alma castiza que bien podrían llevar el nombre del santo en la etiqueta: Esto es Vida Garnacha y Esto es Vida Malvar de Bodegas Muñoz Martín.
San Isidro en la terraza (con vistas y vino)
Imagina por un momento a San Isidro con camisa remangada, gafas de sol, y pidiendo «una de bravas y algo bueno para beber». No se complicaría. Iría al grano. Pediría un vino que hable claro, que no necesite decantadores ni discursos. Un vino como Esto es Vida Garnacha, tinto joven de Madrid, directo al paladar y al corazón.
Este vino tiene ese punto canalla que tanto nos gusta: frutal, fresco y con un final que te deja con ganas de otra ronda. Como el propio San Isidro: trabajador, honesto y con mucho arte. La garnacha aquí es pura expresión del terruño madrileño, sin artificios, sin maquillaje. Ideal para maridar con una tapa de gallinejas (sí, somos castizos de verdad) o una buena ración de oreja. Porque el vino también se disfruta con los dedos.
Esto es Vida: vinos con nombre de manifiesto
La línea Esto es Vida no es solo una etiqueta bonita. Es una declaración. Un canto a lo cotidiano, a las pequeñas cosas que lo cambian todo: una sobremesa al sol, una conversación improvisada, un brindis que te arregla el día. Y San Isidro, que era hombre de campo y de calle, lo entendería mejor que nadie.
El segundo protagonista de esta historia es Esto es Vida Malvar, un vino blanco elaborado con uva autóctona madrileña: la Malvar. Poco conocida fuera de la Comunidad, pero con un potencial brutal. Este vino es Madrid en abril y mayo: floral, alegre, con una acidez vibrante que te espabila como una copla bien cantada.
Perfecto para acompañar un bocadillo de calamares (el de la Plaza Mayor, claro), unas rosquillas listas o una rascada de queso curado. San Isidro brindaría con este vino antes de volver a ponerle agua al botijo. O al menos eso creemos nosotros.
Vinos de Madrid para un Madrid con vino
Cada vez más, los vinos de Madrid están dejando de ser «los desconocidos» para convertirse en verdaderos protagonistas. Por su identidad, por su paisaje único, por su capacidad de emocionar. Estos dos vinos que hoy os presentamos desde AV VINOS son un ejemplo de cómo se puede hacer vino con sentido, con sensibilidad y sin perder ni un ápice de carácter.
Esto es Vida Garnacha y Esto es Vida Malvar son vinos que nacen aquí y ahora, pensados para momentos reales. No se beben en silencio. Se beben con charla, con amigos, con tapas compartidas, con canciones de fondo y con el sol metiéndose entre las casas bajas del sur de Madrid.
Y eso, precisamente, es San Isidro: una fiesta popular que no se celebra en museos ni en escaparates, sino en la calle. En la pradera, en el bar de la esquina, en la terraza con toldo verde, en la casa de tu tío en Usera. Donde haya un brindis, hay un motivo. Y estos vinos están hechos para brindar.
El sabor castizo del presente
Si tuviéramos que traducir el espíritu de San Isidro en una copa, probablemente sabría a Malvar: fresco, vivo, castizo. Y si quisiéramos ponerle carácter, ese vendría con la Garnacha. Porque Madrid, como sus vinos, es mezcla. De lo popular y lo sofisticado. De la verbena y la vanguardia. Y por eso los vinos de Esto es Vida funcionan tan bien: no pretenden ser más de lo que son, y por eso son mucho más.
Así que este San Isidro, deja por un momento la caña (que también tiene su encanto) y atrévete con un vino de los nuestros. Ponte el mantón o la boina, saca las gafas de sol y pide una copa de «Esto es Vida». San Isidro te haría un brindis desde la nube en la que esté Porque al final, como dice la etiqueta, esto es vida. Y la vida, si es con vino, siempre sabe mejor.