Hay bodegas que hacen vino.
Y luego están las que lo cuentan con cada copa.
Bodegas Perahigos es una de esas.
Desde Salamanca, con amor (y con viña), esta bodega familiar no solo cultiva uvas, sino también carácter. Vinos con alma castellana, con garra, con ese “algo” que hace que el segundo trago sepa mejor que el primero. Y eso, amigo, no pasa todos los días.
En AV Vinos, que no vendemos humo sino botellas que cuentan historias, distribuimos Perahigos porque lo bueno hay que hacerlo rodar. Y si estás leyendo esto desde un bar, restaurante o tienda especializada… sigue leyendo. Te interesa.
No busques proveedor, busca cómplice. ¡Así debe ser tu distribuidora!
Perahigos: más que una bodega, un plan de vida
Esta bodega nace en Carrascal de Velambélez, en el Parque Natural de Arribes del Duero, Salamanca. Nada de megaproducción ni vino clonado: aquí se hace vino de verdad. Con agricultura sostenible, con respeto al entorno, con mimo y con tiempo. Sí, el tiempo… ese ingrediente que se nota en boca.
Bodegas Perahigos es pequeña, pero matona. Y eso se refleja en cada una de sus botellas: personalidad, expresión y cero prisas. Porque cuando un vino es bueno, no necesita gritar. Solo necesita que lo descorches.
¿Y los vinos Perahigos? Te contamos (y te tentamos)
Aquí va lo que de verdad importa: los protagonistas. Vinos con nombre, con acento, y con muchas papeletas para convertirse en los favoritos de tu clientela.
Perahigos 1
El Perahigos 1 es un vino joven, directo, con una expresión frutal que engancha. Perfecto para tapeo, comidas informales o para animar una barra con clientela curiosa. Sabe a buen rollo con final largo. Con cuerpo y cálido, con muchos taninos pulidos, pero fácil de disfrutar y sin complicaciones, un oxímoron en forma de vino. Ideal para bares que buscan un vino fácil, honesto y que no falla.
Perahigos 2
Aquí ya hablamos de un vino con más estructura. Crianza en barrica que le da cuerpo, elegancia y notas especiadas sin perder frescura. Una copa que mejora con cada sorbo. Aromas a compotas de fruta madura, combinadas con dulces de barquillo y vainilla. Se muestra sabroso, bien equilibrado y envolvente. Prahigos 2 es perfecto para restaurantes que quieren recomendar algo distinto con seguridad.
Perahigos 3
Selección de lo mejor. Un vino redondo, serio, de los que se piden con tiempo y buena compañía. Complejo, profundo y con ese aire de vino “grande” que marca la diferencia. Intensos aromas a frutos rojos maduros con un fondo especiado y notas de barrica de gran calidad. Goloso, vibrante y sabroso. Un elegante equilibrio entre notas a fruta y madera muy bien integrada. Perahigos 3 está pensado para: cartas gourmet o tiendas que se atreven con vinos con identidad.
El Lince
El Lince es un vino blanco rebelde y atrevido, que te entra suave y te deja pensando. Aromas intensos, sabor que muerde (como su nombre) y alma salvaje. Para romper rutinas. Amplio, sabroso, con buena acidez. Aromas a fruta blanca y tropicales. Se combinan con notas cítricas y un fondo mineral muy agradable. Un buen reflejo de los suelos de la Sierra de Salamanca, con frescura y carácter. Ideal para sorprender a clientes que lo han probado todo… menos esto.
El Sátiro
Este vino es pura provocación. Equilibrado pero con carácter, jugoso pero elegante. Se nota que hay mano, viña y una idea clara: disfrutar. El Sátiro se muestra fresco, alegre, complejo. Un fantástico equilibrio entre barrica y expresión frutal. Perfecto para quien busca una recomendación con historia y sin filtros.
Lidia
Delicado, con potencia escondida. Vino tinto con clase que va de menos a más. Rojo picota de capa alta con destellos violáceos. Una joyita en copa que merece foco. Suave entrada, gran final. Se muestra expresivo, elegante. Intensos aromas a frutos rojos maduros con un fondo especiado. Fresco, alegre, complejo. Lidia tiene un fantástico equilibrio entre barrica y expresión frutal.
¿Y por qué deberían estar en tu carta o estantería?
Porque son vinos con personalidad, de esos que no se encuentran en el súper de la esquina. Porque tienen una historia que contar (y eso vende más que cualquier oferta). Porque la gente quiere calidad, pero también quiere algo distinto, con relato, con origen, con autenticidad. Y Perahigos lo tiene.
Además, trabajar con Atocha Vallecas es lo más parecido a tener un cómplice: te lo llevamos, te lo recomendamos, y te lo hacemos fácil. Sin líos, sin postureo, sin excusas. Como debe ser.
Puedes leer algunos consejos en este artículo. El vino no se va de vacaciones: qué pedir en tu carta para vender más en verano.
Cómo venderlo sin parecer que lo estás vendiendo.
Para hosteleros:
«Este tinto es de una bodega pequeña de Salamanca que trabaja con mínima intervención y barricas francesas… Pruébalo y luego hablamos.»
Para tiendas:
«No es un vino conocido, pero quien se lo lleva… vuelve. Si quieres algo fuera del circuito comercial, te va a encantar.»
Perahigos lo está petando porque es honesto, potente y distinto. AV Vinos lo distribuye porque creemos en lo que tiene alma (y buen trago). Si tienes un bar, tienda o restaurante y aún no lo tienes… bueno, aún estás a tiempo de ser el listo del barrio.
¿Lo pides tú o dejamos que lo descubran otros antes? Escríbenos. Llámanos. Bríndanos. Pero sobre todo, no te quedes sin probarlos. Esto no es postureo, es buen vino.
