BODEGAS DEL JARO
VIÑAS DE JARO: TRADICIÓN Y EXCELENCIA EN LA RIBERA DEL DUERO
En las vastas tierras de la Ribera del Duero, donde los viñedos se extienden como un manto ondulante bajo el sol castellano, se alza un rincón de magia vinícola: Viñas del Jaro. En esta narrativa de vino y pasión, se teje la historia de una bodega que respira el alma de la tierra y la transforma en el elixir que todo paladar quiere catar. Enclavada en una finca de ensueño conocida como El Quiñón, Viñas del Jaro se erige como un oasis de verdor y serenidad. Rodeada por un bosque de encinas centenarias que le confiere su nombre, la bodega se encuentra en un entorno privilegiado, donde la naturaleza y la viticultura se entrelazan a la perfección para conseguir vinos de alta personalidad.
La finca de Viñas del Jaro abarca 65 hectáreas de terreno, de las cuales 49 están dedicadas al cultivo de la vid. La Tempranillo, variedad emblemática de la región, domina el paisaje con 44 hectáreas, mientras que el Merlot, el Cabernet Sauvignon y el Albillo Mayor completan esta sinfonía de sabores con su presencia única. Con una topografía diversa que abarca laderas orientadas al sur y altitudes que oscilan entre los 800 y los 745 metros sobre el nivel del mar, El Quiñón es un reflejo del carácter único de la Ribera del Duero.
En Viñas del Jaro, la vendimia es un ritual sagrado, llevado a cabo por manos expertas que seleccionan cuidadosamente los racimos en su punto óptimo de maduración. Cada uva es recolectada a mano y clasificada por pagos y sectores, preservando su identidad y carácter distintivos. Este cuidadoso proceso garantiza que solo las mejores uvas sean utilizadas en la elaboración de los vinos de Viñas del Jaro.
Al descorchar una botella de Viñas del Jaro, se desata una experiencia sensorial que transporta al aficionado al corazón mismo de la Ribera del Duero. Cada sorbo es un homenaje a la tierra, al trabajo duro y a la pasión de aquellos que han dedicado sus vidas a perfeccionar el arte de hacer vino. En cada copa de Viñas del Jaro, se encuentra la esencia misma de la Ribera del Duero: un legado de tradición, calidad y excelencia.